lunes, 18 de enero de 2016

YO MAÑANA Y FELIZ PRESENTE

Éste soy yo. Un adulto que nunca quiso crecer. Un adulto que hasta hace muy poco, creció sin quererlo, pero también sin consciencia de ello. Ahora parece que mi adentro quiere dejar de hacerlo, para que la vida me sepa a algo más longevo. Es algo así como que, comerte una tableta de chocolate fuese vivir, el ritmo con el que te la comes, la manera de hacerlo. Siendo un inconsciente, comerte la mezcla de cacao, azúcar y leche de una sentada, es lo más normal del mundo. Ni sabes ni te importa si la semana que viene la tendrás en tus manos y en consecuencia en tu paladar. El disfrute debe de ser inmediato, mañana será otro día, en eso ni piensas. Estás demasiado ocupado en vivir la vida tal y como esta descrito en el manual del buen humano. Bueno vale, dicho manual no existe, pero si existiese, seguro que pondría tal descripción. A veces el ser humano necesita cosas tan estúpidas y básicas que me da miedo ser-humano.

Sigamos con el futuro y con la edad. No siempre piensas de la manera mencionada. Cuando te haces mayor sin embargo. Añoras los días venideros por varias razones. Esperanza de seguir con tu vida actual. Esperanza de mejorarla. Esperanza de no empeorarla. Si prefieres cambiar la palabras “esperanza” por “deseo de…”, te dejo. Aquí todo está permitido. Nada cambia y se entenderá mejor incluso. De cualquier manera siempre pones la atención en el futuro que dicho sea de paso, no existe aun. A pesar de ello, te quita el sueño y te inyecta ilusión, energía, pasión, fuerza y entereza. También (suele ser lo más cotidiano, no diré “normal”, ya que lo normal no tendría que estar ligado a la cantidad de gente que lo hace, sino a la mera normalidad, lógica, corrección, a esos valores que deberían estar incrustados en la sociedad del “YO MAÑANA”), puede inyectarte por vena la pena, la desdicha, la tristeza más absoluta, el desazón, la desilusión, la desgana, la desesperación, la culpa y demás sentires que no hacen más que amargarte el dulce de leche, azúcar y cacao. O eso crees, hasta que te das cuenta de que lo malo es el primer escalón hacia lo bueno.

Es sabido que el futuro no existe. Y si no es sabido, lo digo yo, NO EXISTE. Pero es lo único que nos pre-ocupa. Todo lo demás existe para poder seguir con la vida en el “después” ósea, el tiempo venidero. ¿Cómo una palabra que solo ofrece algo que no existe, nos hace sentirnos tan mal en el AHORA? ¿Es el futuro y el ahora una paradoja sin salida? O es simplemente una prueba para que nos demos cuenta, de lo que sí existe a nuestro alrededor. Nombremos solo cosas obvias para que ningún LEYENTE (palabra que me he inventado ahora mismo) ESTÉ EN DESACUERDO. Cosas obvias que todos sabemos que existen y que son valiosas:

1.       Los seres queridos.

2.       La salud.

3.       El bienestar de los que te rodean.

4.       Estar bien.

5.       La gente.

6.       Tú.

7.       Ellos.

8.       Nosotros.

9.       ¿He dicho salud?

10.   Cositas con los participes (o no) en tu vida y con salud.


Nunca me gustó el lenguaje fácil y claro. Es aburrido y no hace pensar. Soy más de hablar con mensajes que ofrecen la oportunidad de deducir, averiguar y en definitiva INTERPRETAR, como se debería interpretar un mensaje escrito u oral. Por lo menos en lo que a la creatividad, a la prosa y poesía se refiere.

Sabiendo que el ser humano es el único ANIMAL  (Sí, en mayúsculas para que algún@s recuerden que no somos DIOSES DEL PLANETA sino simples animales) que es capaz de pensar en el futuro como algo venidero, mi pregunta es si no nos hemos obsesionado en dejar todo para mañana, por miedo a que hoy perdamos algo. Algo que no nos deje ser felices. Felicidad que nos hace ser conscientes de que ese sentir es pasajero. Pasajeros nosotros de una vida llena de estupideces. Estúpidos humanos que no valoran lo que tienen ahora, por la simple razón de tener una puerta cerrada delante de sus narices CONSTANTEMENTE Y HASTA QUE UN@ SE MUERA, en la que pone “FUTURO: si desea abrir es necesario escupir en su presente y dejarlo atrás”. Pero no nos damos cuenta de que al cruzar esa puerta, y alzar la cabeza, existe otra puerta y otra y otra y otra y otra, con la palabra FUTURO escrita con sangre y dolor del HOY.




FUCK THE FUTURE!

¡FELIZ PRESENTE A MIS LEYENTES!



Hossain Kaanache Amghiraf